Las reacciones alérgicas y las intolerancias alimentarias son problemas habituales hoy en día...¡
Cuándo la comida te enferma!
Seguramente has oído hablar alguna vez de la intolerancia a la lactosa, de la celiaquía o de la alergia a los cacahuetes. Sin embargo, ¿sabías que hay personas alérgicas a la cerveza, al tomate o que incluso sufren una intolerancia total a los alimentos? Sí, has leído bien, los afectados por esta patología no pueden comer ningún alimento.
También hay personas que no pueden ingerir proteínas, es decir, ni huevos, ni pescado, ni carne, ni legumbres; personas que no pueden tomar azúcar o personas obsesionadas con la comida gourmet. ¿Quieres saber cuáles son las enfermedades alimentarias más raras que existen?
Si hablamos de intolerancias, la más frecuente y conocida es la intolerancia a la lactosa. Se produce porque el organismo no puede asimilar el azúcar de la leche debido al déficit de una enzima intestinal llamada lactasa. Esto provoca que la lactosa no se digiera adecuadamente y que aparezcan problemas digestivos. Las personas intolerantes a este azúcar no deben tomar leche, derivados o productos que contengan lactosa. Tomar complementos alimenticios con lactasa puede ayudarles a digerir mejor los lácteos sin que se produzcan síntomas adversos.
Aunque prescindir de la leche, el queso o el yogur puede ser un gran sacrificio, hay personas que se ven obligadas a privaciones alimentarias mucho más difíciles, porque sufren enfermedades poco conocidas para las que, en general, todavía no hay tratamiento.
Intolerancias alimentarias raras
¿Te imaginas no poder comer ni dulces, ni frutas, ni zumos? Pues, los intolerantes a la fructosa lo tienen totalmente prohibido si no quieren sufrir vómitos, convulsiones o diarrea. Esta intolerancia hereditaria se produce por la dificultad del organismo para digerir la fructosa, la sacarosa y el sorbitol. Estos azúcares los podemos encontrar en frutas, zumos, verduras, cereales, en la miel y en productos tan extraños como la pasta de dientes, los chicles, los medicamentos, en salsas o embutidos, entre otros. Lo peor para los afectados es que el único tratamiento es evitar los productos con fructosa.
La intolerancia a la fructosa se suele confundir con la fructosemia, una enfermedad aún más rara que no tiene nada que ver con la anterior. En este caso, una deficiencia enzimática favorece la acumulación de fructosa en el organismo, lo que puede provocar graves problemas en el hígado y en el riñón.
¿Estás sorprendida con lo que has leído hasta ahora? ¿Y si te dijeramos que hay personas que no pueden comer nada? La intolerancia alimentaria total es una extraña dolencia que provoca al afectado inflamación, llagas e irritaciones en la piel y en el aparato digestivo cada vez que ingiere un alimento. Para estas personas la única forma de alimentarse es a través de preparados y sueros que contienen los nutrientes indispensables para el organismo.
Alergias aún más raras
La alergia a las proteínas de la leche de vaca se suele confundir con la intolerancia a la lactosa. Pero no es lo mismo. En este caso, las personas sufren una reacción alérgica cuando entran en contacto con las proteínas que se encuentran en la leche de vaca o sus derivados, incluso a algunos les afecta cuando comen carne de vacuno. Para tratar este tipo de alergia se deben evitar los productos que contengan proteínas de leche de vaca como los lácteos, yogures, mantequilla, nata y quesos, entre otros. Esta afección suele afectar a niños y lactantes.
Ciertamente, cada día surgen más alergias alimentarias entre la población y la prevalencia de las más conocidas está aumentando considerablemente. Pero la sensibilidad a ciertos alimentos llega a límites insospechados, porque ¿cómo una hortaliza tan simple como el tomate puede dar alergia? ¡Qué duro sería no poder volver a comer macarrones con tomate, pizza o incluso una sana ensalada caprese! Aunque no hay muchos casos, esta alergia puede provocar reacciones graves como un shock anafiláctico.
¿Y qué opinas de la alergia a la cerveza? Sin duda, un castigo divino para muchas personas. El problema con esta bebida surge por las levaduras y cereales que contiene. La sintomatología de esta alergia se caracteriza por hinchazón de la lengua, dificultad respiratoria e urticaria, entre otros.
Trastornos del metabolismo
El metabolismo es el proceso por el cual el organismo obtiene la energía de los alimentos. Se extraen las proteínas, los carbohidratos y las grasas, que son transformados en azúcares y ácidos a través de enzimas y hormonas, de todos los alimentos que ingerimos. Cuándo estas no son suficientes o por el contrario se encuentran en demasiada cantidad, se producen reacciones químicas inusuales, o lo que es lo mismo, un trastorno metabólico.
Entre los principales trastornos metabólicos se encuentran enfermedades tan comunes como la diabetes, el hipo e hipertiroidismo o la obesidad. Pero algunas no son tan conocidas y pueden ocasionar que los afectados tengan que llevar dietas muy restrictivas. Hablamos por ejemplo de la fenilcetonuria o la galactosemia.
La fenilcetonuria (PKU) es una enfermedad metabólica congénita que provoca que el cuerpo del afectado no elimine correctamente la fenilalanina ingerida con los alimentos. Esta sustancia se encuentra en la mayoría de los alimentos que tienen proteínas, es decir, en la carne, los huevos, los frutos secos, las legumbres y los cereales, entre otros. Cómo te imaginarás el tratamiento suele ser una dieta libre de alimentos con alto contenido proteico. Si no se detecta a tiempo en los recién nacidos puede provocar retraso mental a largo plazo.
Otra enfermedad metabólica hereditaria es la galactosemia. Los afectados carecen de suficiente cantidad de galactosa, la enzima que se encarga de descomponer el azúcar de la leche, lo que produce que se acumula en la sangre. Si no se diagnostica a tiempo en el recién nacido, la galactosemia puede ocasionar graves lesiones en la piel, los ojos, los riñones o el cerebro. El tratamiento consiste en eliminar todo producto lácteo de su dieta, aunque esto no impedirá que con el tiempo el bebé afectado sufra problemas de crecimiento, de lenguaje o en las funciones mentales.
Trastorno de la Pica: cuándo lo que comes no es comida
El trastorno de pica es una enfermedad psiquiátrica de la ingestión y de la conducta alimentaria que lleva al paciente a comer sustancias que no son comida, como tierra, papel, colillas, lana u otros tejidos. El nombre de “Pica” proviene de la denominación científica de la urraca “Pica pica” y por su costumbre de ingerir objetos.
Ingerir sustancias no alimentarias se puede considerar normal o habitual hasta los seis años. Entre las mujeres embarazadas también se conocen casos de este trastorno que suele desaparecer tras el parto. Asimismo puede afectar a personas con esquizofrenia, pacientes con ansiedad o personas con un retraso mental importante.
Las personas con este trastorno pueden manifestar náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y alteraciones del gusto y el olfato. El trastorno de Pica puede derivar también en infecciones, intoxicaciones y hasta obstrucciones o perforaciones intestinales.
Síndrome del olor a pescado
El síndrome de olor a pescado es el nombre común con el que se conoce a la trimetilaminuria, una patología hereditaria que provoca que no se descomponga la trimetilamina presente en alimentos como las legumbres, los guisantes, el huevo o el pescado. Esta excreción anormal de la trimetilamina hace que el afectado desprenda un fuerte olor a pescado podrido a través del aliento, el sudor, la orina o las secreciones vaginales.
Cómo enfermedad hereditaria puede desencadenarse desde la infancia o desarrollarse en otros momentos de la vida con los cambios hormonales (adolescencia, por ejemplo).
Aunque el olor que desprenden suele asimilarse al del pescado podrido, también puede ser similar al de un cigarro, basura, huevo podrido u orina. Esto depende del organismo de cada persona.
Para aliviar los síntomas de esta enfermedad incurable, lo único que se puede hacer es controlar la dieta y los alimentos que se ingieren. Se deben evitar alimentos que contengan trimetilamina, colina y carnitina, algo bastante difícil de controlar ya que la mayoría de los productos de origen animal y muchos vegetales contienen colina. Cómo ejemplo de alimentos que contienen colina se encuentran la soja, los garbanzos, las lentejas, la levadura de cerveza, la coliflor, el apio, el ajo, las berenjenas, la lechuga, el pimiento, las zanahorias, la remolacha, las espinacas y las cebollas. Entre las frutas están el pomelo, el plátano, las naranjas, las fresas o las uvas.
Síndrome Gourmand: el paladar más fino y exquisito
Una dieta a base de caviar, ostras, champán y jamón serrano... Suena genial, ¿verdad? Aunque para algunas sería un sueño, hay personas que lo viven como una obsesión incontrolable y solo pueden comer productos exóticos y gourmet. El síndrome de Gourmand lleva al afectado a comprar y elaborar solo comidas sofisticadas y con alimentos de alta calidad.
Podríamos pensar que esto no es un problema grave pero si no se trata puede ocasionar estrés, ansiedad, problemas en las relaciones sociales y hasta dañar seriamente la economía del paciente, pues no es capaz de controlar su gusto exquisito y solo disfruta con los alimentos más caros y raros.
Se cree que esta enfermedad es causada por una lesión en el lóbulo frontal derecho del cerebro que afecta al control de las obsesiones. La enfermedad fue descrita por primera vez en 1997 por los neuropsicólogos suizos Theodor Landis y Marianne Regard, cuando se encontraron con el caso de un periodista que tras sufrir un daño cerebral, su actitud hacia la comida cambió completamente. Desde su ingresó en el hospital, el paciente comenzó a poner problemas con el menú y a obsesionarse por los detalles. La doctora Regard le pidió que escribiera en un diario sus preocupaciones y lo que surgió fue un registro meticuloso de sus apetencias culinarias, dignas del paladar más delicado y fino que alguien se pueda imaginar.
Síndrome de autodestilación: ¿se puede tener resaca sin haber bebido?
El Síndrome de autodestilación es una rarísima enfermedad que provoca en el paciente todos los síntomas de una resaca sin haber ingerido una sola gota de alcohol. Este trastorno surge por un exceso de levadura en el intestino que hace que todos los azúcares e hidratos de carbono que se ingieran se transformen en alcohol.
Al igual que en la mayoría de las enfermedades alimentarias raras, el único tratamiento para este trastorno es llevar una dieta libre de azúcares e hidratos de carbono.
Se debería hablar más sobre estas enfermedades para crear conciencia social y para que uno se de cuenta de la suerte que tienen la mayoría de las personas al poder disfrutar sin problemas un simple plato de pasta o una pieza de fruta. Así que ya sabes: saborea siempre cada bocado que te lleves a la boca. ¡Tú que puedes!
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. Fuente: http://www.enfemenino.com/