Los ovarios forman parte de nuestra naturaleza femenina, son los órganos de la fertilidad y esas glándulas sexuales que, a su vez, regulan muchas de nuestras funciones, como pueden ser la menstruación y la producción de hormonas como la progesterona y los estrógenos...
Lamentablemente, y como ya sabes, los ovarios están relacionados con diversas enfermedades que no siempre podemos evitar. Los quistes ováricos, los tumores o incluso el fallo prematuro de su función, son riesgos a los que nos vemos expuestas las mujeres en todo el mundo. De ahí la importancia de las revisiones y, a su vez, de mantener siempre unos adecuados hábitos de vida.
En este artículo queremos descubrirte cuáles suelen ser los principales riesgos que solemos correr y que, de alguna forma, suelen afectar a la salud de nuestros ovarios.
¡No te pierdas pues esta información!
1. La obesidad
Como ya sabemos, el sobrepeso conlleva siempre un alto riesgo para nuestra salud en general. No obstante, ¿de qué modo se relaciona la obesidad con las enfermedades asociadas a los ovarios?
- Es importante saber que la obesidad altera no solo nuestro metabolismo, sino también nuestras hormonas. Ello hace, por ejemplo, que en el momento en que empezamos a almacenar en exceso tejido adiposo también se altere el sistema endocrino, favoreciendo que surjan cambios en la menstruación.
- Numerosos expertos advierten que estos cambios a nivel hormonal suelen generar desde ovarios poliquísticos hasta posibles tumores. Es más, numerosos médicos advierten de que, en ocasiones, la infertilidad femenina está asociada a la obesidad.
2. El peso de los factores genéticos
La genética, las enfermedades que han sufrido nuestras madres, abuelas o tías, determinan en un alto grado las enfermedades que podamos sufrir nosotras asociadas a nuestro sistema reproductor femenino. Así, por ejemplo, se sabe que, si alguna de nuestras familiares ha sufrido cáncer de ovario, existen unas altas probabilidades de que también nosotras lo podamos padecer tarde o temprano.
Se sabe que existen pequeñas mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2 que suelen ser hereditarios. De ahí que muchas mujeres suelan pedir un análisis genético completo para averiguar la probabilidad exacta de sufrirlo. En nuestro espacio, como recordarás, te explicamos el caso de Angelina Jolie y cómo esta famosa actriz optó finalmente por la extirpación de sus ovarios sometiéndose así a una menopausia temprana.
3. Tener hijos a edades tardías
En la actualidad, no todas las mujeres pueden tener hijos a las mismas edades que nuestras madres o abuelas. Las dificultades del medio laboral, de la independencia del hogar o incluso el disponer de un trabajo que nos impide poder tener el suficiente tiempo como para cuidar de nuestros hijos, hace que poco a poco, la maternidad llegue normalmente más allá de los 30 años.
¿Supone esto un riesgo para nuestra salud? Generalmente, como nos explican los expertos, a mayores ovulaciones a lo largo de nuestra vida mayor riesgo de sufrir una enfermedad asociada a los ovarios. Así pues, y según datos estadísticos, parece que tener hijos antes de los 26 años suele evitar que padezcamos cáncer de ovario en una probabilidad bastante elevada.
Esta protección deja de ser efectiva cuando, por ejemplo, tenemos nuestro primer hijo más allá de los 35 años.
4. El peligro de los polvos de talco
Ya te hemos hablado de este tema en otros artículos de nuestro espacio. El polvo de talco está asociado al cáncer de ovario por diversas razones que merece la pena tener en cuenta:
- El talco está formado por silicato de magnesio, el cual contiene una sustancia tóxica llamada amianto que generalmente induce a la aparición de diferentes tipos de cánceres, no solo el de ovarios. De hecho, también se sabe que puede favorecer el cáncer de mama, debido a que mucha gente lo utiliza como desodorante.
- Curiosamente, en Estados Unidos las leyes federales hicieron que desde la década de 1970 se fabricaran polvos de talco libre de amianto. No obstante, no todos los países lo han regulado de igual modo.
- El hecho de que sea la mujer quien sufra en mayor grado la incidencia del cáncer asociado a los polvos de talco se debe, sobre todo, al uso de este producto en nuestros bebés a lo largo de bastante tiempo: se “inhala” sin que nos demos cuenta en el momento en que lo aplicamos a los niños.
Recuerda siempre mirar la composición de los polvos de talco que usas, para ver si contienen amianto.
5. Una alimentación alta en grasas
Desde nuestro espacio te recomendamos siempre llevar una vida sana, ahí donde no olvides nunca practicar algo de ejercicio y, sobre todo, alimentarte de modo equilibrado, variado y dejando a un lado las siempre peligrosas grasas.
Sabemos que nos gustan, que ese bollo o pastel nos viene muy bien a media tarde, que esos platos elaborados con harinas refinadas y sal son más sabrosos… Sin embargo, debes saber que ese tipo de alimentación favorece la aparición de los tumores, y más aún que suela elegir los ovarios para “anidar” en el caso de nosotras, las mujeres.
Así pues, eleva tus raciones de agua, de jugos naturales y de fruta y verdura ya que, de otra forma, todo alimento que consumas rico en grasas modificará tarde o temprano la actividad de nuestros estrógenos. ¡Cuídate mejor!
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. Fuente: http://mejorconsalud.com/